
Lin Wanchuan
Al Lomógrafo Lin Wanchuan de Nanjing, China, le encanta la magia de la película y utiliza la fotografía analógica como medio para preservar momentos espontáneos y recuerdos con amigos de manera creativa.
Por una idea creativa vamos bajo el sol ardiente, corremos durante una tormenta, subimos al tejado para ver el atardecer y como el día se convierte en noche sobre el horizonte de la ciudad.

Celebra los 30 años de Lomography con la cámara de 35 mm icónica que empezó el movimiento global de Lomography y fue pionera de una estética analógica legendaria, que viene con un diseño de cuero artesanal de edición limitada.
Estaba trabajando en una tienda de revelado de películas cuando compré mi primera cámara, la Horizon Kompakt y la magia de las películas me fascina desde entonces. Ahora, las cámaras de Lomography se han convertido en la mejor herramienta para mí y mis amigos. Mi preferida sin duda es la Lomo LC-A+, de la cual he coleccionado 7. Es fácil de usar, sin pretensiones pero fiable. Me encanta la acción y el sonido de apertura de la LC-A+, es como deslizar una cerilla sobre un papel de lija. Cada vez que adquiero una cámara, es como tener una conversación con un compañero. No sé cuántas cámaras tengo, pero he comprado un armario aparte para exponerlas. Cuando usas estas cámaras atrevidas y extravagantes, no puedes evitar pensar en la época en la que las películas estaban en pleno apogeo. Imagina que un joven como yo capturaba la vida de la misma manera hace más de diez años. La sensación de belleza es embriagadora.

También recomiendo la Fisheye No.2. Esta cámara tiene una forma interesante y los resultados son peculiares. Tiene una personalidad clara, por no mencionar que no necesita ni enfoque. Para obtener la mejor foto, debes ponerte cerca, aunque sea de una paloma, una piedra o un amigo o amiga. Después de intentar inclinarte, ponerte de cuclillas o tumbarte en el suelo, se abrirá una perspectiva totalmente nueva.






Disparo al menos 80 rollos de película al año y, a veces, dejo un rollo de película en la cámara durante casi medio año. Estos recuerdos no se olvidan, sino que permanecen bien conservados en un rincón de mi mente. Como una caja misteriosa, vuelvo a abrir la cámara con el tiempo y, sobre todo cuando envío las fotos a mis amigos, el asombro es siempre sincero.
Las películas registran la luz, por lo que decido disparar cuando la iluminación es suficiente. Considero cada película como un lienzo en blanco y pinto con diferentes texturas. A menudo, aparecen imágenes maravillosas delante de nosotros, las cuales surgen de la socialización constante y de probar cosas nuevas.






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